El hotel Palacio O’Farrill se encuentra en un hermoso edificio colonial con un acogedor patio interior, típico de estas construcciones, una antigua fuente y un aljibe subterráneo original, así como un magnífico lucernario que permite el uso de esta área, que es el centro del edificio, aún durante los días de lluvia.
Otrora la mansión de Don José Ricardo O’Farril, inmigrante irlandés que hizo fortuna en Cuba con el azúcar y fundara una de las más acaudaladas familias de la nobleza en tiempos de la colonia, la propiedad fue restaurada totalmente y con gran gusto por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
La influencia de los siglos 18, 19 y 20 en la arquitectura y la decoración está reflejada en cada uno de los tres pisos y sus 38 habitaciones, en una inusual mezcla.
Las habitaciones son cómodas y diferentes unas de otras; algunas poseen altos techos y balcones con vistas, mientras que otras no tienen vistas ni ventanas.
En cada piso hay una acogedora área de estar, amueblada según el estilo de la época, para sentarse a leer, charlar o tomar algo entre plantas tropicales.
El snack-bar del vestíbulo, “Chico O’Farril, es un agradable rincón decorado con alegorías al Jazz que exhibe sobre una de sus paredes una nota de agradecimiento de un O’Farril de estos tiempos, pianista y director de la Afro Latin Jazz Orchestra de Nueva York, quien se hospedó en el hotel durante el Festival de Jazz de la Habana en el año 2010.
La ubicación es ideal para explorar la Habana, pues todo queda a corta distancia, incluido el Malecón (paseo marítimo habanero).