El Comendador es un pequeño y carismático hotel del centro histórico de la Habana, ubicado muy cerca de la Plaza San Francisco y Plaza de Armas, pero en un callejón apartado y tranquilo.
Esta propiedad, que perteneciera durante el siglo XIX a la familia de Don Pedro Regalado Pedroso y Zayas, "Comendador de la Orden de Isabel La Católica", es originaria de los siglos XVIII y XIX y fue sometida a numerosos cambios hasta que en 1864, luego de serle agregado el entresuelo, adquiere una apariencia semejante a la que hoy la distingue.
Excepcional por la intimidad y el silencio que ofrece el ambiente de sus espacios interiores, este hotel, de una marcada influencia mudéjar, es antiguo y hermoso, con grandes portones de madera, mobiliario sobrio que conjuga elementos muy sencillos del renacimiento y algunas piezas originales del patrimonio cubano, todo lo cual le otorga una atmósfera peculiar y mucho encanto.
Posee un lobby atractivo, un restaurante bastante frecuentado que se especializa en paellas, y tres plantas de habitaciones (cuyas puertas están pintadas en azul) dispuestas alrededor de un patio interior lleno de vegetación.
El acceso a las habitaciones es a través de unas escaleras angostas y unos carismáticos balcones que dan al patio. No encontrará lujos en ellas, pero son espaciosas y poseen un mobiliario atractivo, camas de hierro forjado, cómodos colchones y baños que combinan bañeras de estilo antiguo con duchas modernas.
Las Standard poseen bonitos techos de vigas de madera pero no son altos, por lo que si ud. mide más de 1.80m / 6 pies de alto preferirá una Junior Suite, que se encuentran en los pisos superiores y tienen techos muy altos y hermosos.
El desayuno no es muy popular entre los huéspedes, pero siempre es posible hacerlo en la Plaza San Francisco o incluso en la Plaza Vieja, pues cada una ofrece más de un lugar donde desayunar, o simplemente tomar un café.