Habana Vieja

Patrimonio Mundial de la Humanidad desde diciembre de 1982, y por mucho el mayor atractivo histórico y cultural de la ciudad, El Centro de La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones luce hoy una imagen renovada, producto de los esfuerzos por rehabilitar este centro histórico urbano, el más relevante del área caribeña y uno de los más notables del continente americano.

La Habana Vieja es uno de los 15 municipios de la provincia de La Habana y posee una extensión de 4,32 km. En su corazón se encuentra el Centro Histórico de la Ciudad con una pequeña extensión de 2,14 km y compuesto por dos zonas claramente diferenciadas: la antigua ciudad intramuros, y la franja aledaña urbanizada posterior al derribo de las murallas.

La Villa de San Cristóbal de La Habana debe su nombre a la unión entre la tradición católica y el nombre aborigen de la región que, según Diego Velázquez, era gobernada por el cacique Habaguanex.

Para proteger la villa de sorpresivas incursiones enemigas y de la entrada ilícita de mercancías La Habana estuvo rodeada de una muralla de unos 1.40 m de espesor, 10 m de altura y 4892 m de extensión. Las puertas de la muralla permanecían abiertas durante el día hasta que en la noche eran cerradas, estremecidas por la señal de un cañonazo de la batería de la Reina desde la fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Hoy se conservan varios fragmentos de la muralla de La Habana.

En 1540 fue ordenada la construcción de la primera fortaleza habanera, destruida 15 años después por el pirata francés Jaques de Sores. Sobre sus ruinas se edificó la Real Fuerza concluida en 1577, muy cerca de ella la iglesia parroquial y, entre ambas edificaciones, la Plaza de la Iglesia, luego tomada por el gobernador como Plaza de Armas.

Como plan de fortificaciones de la ciudad le siguieron las construcciones de la fortaleza de los Tres Reyes del Morro y la de San Salvador de la Punta que unidas a la Real Fuerza formaban el primer triángulo marítimo defensivo de la ciudad. Sobre 1630 concluyeron las nuevas construcciones militares y se colocó La Giraldilla, una singular veleta de bronce ubicada en lo alto de la torre de La Real Fuerza.

El sistema defensivo fue luego enriquecido incluyendo el fuerte de La Chorrera, el Torreón de San Lázaro, la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y los castillos de El Príncipe y Atarés.

Un grupo de plazas definen también el espacio del centro histórico: La Plaza de Armas, la Plaza de San Francisco, la Plaza de La Catedral, la Plaza Vieja y la Plaza del Cristo del Buen Viaje. Todas excepto la Plaza Vieja están relacionadas con la presencia de una Iglesia. La primera de ellas fue la Plaza de Armas, luego la Plaza de San Francisco y así sucesivamente fueron creándose estas plazas que a su vez se acompañaban gradualmente de las casas de vecinos más importantes, incluida la del gobernador y el alcalde, asi como otras valiosas edificaciones , mercados etc.

En el siglo XVIII, luego de la corta dominación inglesa de la Ciudad y con el regreso de España se construyeron La Capitanía General, el Ayuntamiento, la Intendencia de Hacienda y Correos, y algunas de sus casas más opulentas como la de los Condes de Jaruco, la casa de la Obra Pía, la de la Condesa de la Reunión, la del Marqués de Aguas Claras, la del Marqués de Arcos y la del Conde de Lombillo.

En el siglo XIX la ciudad también fue testigo de memorables acontecimientos como la construcción del acueducto en 1835, la inauguración del primer tramo de ferrocarril Habana – Bejucal en 1837, la apertura del Teatro Tacón en 1838 así como la creación de grandes mercados y la proliferación de joyerías, perfumerías francesas, platerías, imprentas, droguería entre muchos otros.

La ciudad recibió el siglo XX con nuevas estructuras urbanas bien definidas y sin detener su crecimiento hacia otras áreas. Mejoraron los sistema de salubridad, educacional, de obras públicas y comunicaciones destacando la construcción del primer tramo del Malecón Habanero. La ciudad adquirió nuevas formas monumentales con la aparición de instituciones bancarias y financieras como el Banco Nacional de Cuba, El Royal Bank of Canadá y el Trust Company de Cuba.

De estos tiempos resultan obras arquitectónicas tan magnificas como la Lonja del Comercio en la Plaza de San Francisco y los edificios sedes de sociedades culturales de gallegos y asturianos en La Habana.

Resultaría imposible resumir en una página web como ésta la inmensa variedad de detalles culturales, históricos y arquitectónicos de la ciudad vieja, por lo que le invitamos a descubrirla apoyados siempre una buena guía y los servicios disponibles en la zona.

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